Suele haber cierta confusión al respecto, así que vamos a aclarar las cosas.

Que tenga su residencia no significa necesariamente que tenga que pagar impuestos aquí.

Si reside aquí más de 183 días al año, se le considera residente fiscal y está obligado a declarar impuestos en la isla donde esté empadronado. Sin embargo, esto puede cambiar cada año, dependiendo del tiempo que haya pasado en las islas.

Si tiene una empresa o es un autónomo establecido aquí, la cosa cambia. Una empresa siempre tributa en el lugar donde está establecida, por lo que declarará impuestos aquí por ese concepto independientemente de dónde pase realmente su tiempo.